Se ha clausurado la 33 edición  de la Asociación Española de Cunicultura (ASESCU) y de la Asociación de Cunicultores de La Rioja (ARICU). El evento a contado con el apoyo institucional de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo  Rural del Gobierno de La Rioja, el Ayuntamiento de Calahorra y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).Los profesionales han resaltado la celebración de este congreso en un año y dentro de la peor de las coyunturas, tanto para el sector , como de la economía mundial. La crisis en esta producción comenzó a inicios del 2007, la venta de carne de conejo comenzó a complicarse, además a partir de ese verano  en el que se sumo el  alza de los costes de piensos compuestos y a las dificultades por las estaba atravesando el sector, y desde el otoño de 2007, la situación no ha mejorado y ha provocado que un muy importante número de ganaderos hayan cesado su actividad. Esto último dentro de la gravedad ha permitido la leve  mejoría. Un año más tarde al producirse una subida de las cotizaciones en las lonjas como consecuencia de la bajada de la producción. En el simposium los ganaderos y la asociación se pusieron como objetivo buscar métodos y medidas para optimizar los costes de producción, ya que es la única vía en manos del productor para garantizar la continuidad de  sus explotaciones. Para afinar en la producción cunícula hay dos puntos críticos que hay que controlar, la reproducción y la alimentación. La mesa redonda sobre  por donde  debe ir el futuro de la cunicultura fue el punto final del congreso, en el que se han buscado vías de salida a una situación muy dura y que, desgraciadamente, ha provocado que muchos  hayan tenido que dejar la cunicultura.

En la noche del jueves en un acto especial se realizó la entrega de los galardones ‘BDCuni Cunicultores de España’ a la explotación regentada por Luís Miguel González, de Montejo de Arévalo  (Segovia), distinguiendo así el trabajo de este cunicultor que tras  más de 20 años en la profesión ha sabido adaptarse a los cambios tanto del modelo productivo como de la legislación actual. Se le ha reconocido las buenas prácticas en el ámbito sanitario, de protección y bienestar de los animales, así como de mantenimiento y mejora del medio ambiente. El premio se lo entregó el Director General de Recursos Agrícolas y Ganaderos, Carlos Escribano, premio que entrega el  MARM.